Velero mALAvida, una salida en solitario
Por Gabriel Bobrow– Asociado 55
Hace días que venía viendo la coincidencia entre mis fechas libres de febrero y el Windguru, que mostraba dos hermosos días de viento norte para el viernes 13 y el sábado 14 de febrero. Elida me dijo varias veces: hacé el viaje, sacate el gusto, pero buscate alguien que te acompañe y, …conmigo no cuentes!!!. Avisame cuando estés en Uruguay y yo voy. ¿Miedo?, seguramente un poco, pero más que todo, no le gusta viajar horas y horas, sin tener en donde estirar las piernas.
Mi deseo iba y venía. ¿Sólo, acompañado, pedirle a alguien que venga conmigo, y después se tenga que volver en micro o buquebus a Bs As?, además, no es fácil encontrar acompañante a la medida. El foro me podría aportar varios amigos, pero la disponibilidad de fechas me los quitaba. Al final, promesa mediante de que no me iba a largar a Montevideo en directo, me hice a la idea de darle lugar a mis sueños más románticos, y hacer la travesía en solitario.
Gabriel y el mALAvida entrando a la bocana de Piriápolis
Tanto leer viajes y vidas de los demás, haber compartido abrazos y sonrisas con quienes hicieron del navegar su morada, me tienen en una ensoñación permanente, planeando futuras jubilaciones en puertos y singladuras. Entonces…..por algo se empieza.
Por mi manía de navegar solo, el mALAvida está siempre a punto y esperándome para salir. El mALAvida…….el lugar en donde esta puesta mi energía creadora. En cada detalle, cada invento utilitario, pequeños dispositivos y accionamientos, que se ajustan a mi….justa medida y me satisfacen cada vez que los veo funcionar. La cabeza y el alma de cada uno funciona en una sintonía particular. Este año cumplo 60 y algo, ya me conozco……se cual es mi estilo…………..
Todo es mejorable, optimizable y realizable a bajo costo, con lo que tenga a mano y eso si, sin garantía de belleza o terminación, pero de una utilidad total. Quien conoce mi barco sabe de que estoy hablando. Chubasquera-bimini dando techo y sombra a todo el cockpit. ¡Fuera traveller y aparejo de escota de mayor!, no quiero nada peligroso y violento cerca de mi. Toda la maniobra en el cockpit. Cabos y stoppers por todos lados,…..todo funciona y bien.
Elida me lo dijo muchas veces, ¿porque no tenés los 4 soportes de la chubasquera iguales?, ¿Porque dos son de madera y dos son caños plásticos de agua? y que se yo, …porque es lo que tenía a mano. Si algo me encanta ante un problema, es recorrer lentamente mi entorno con la mirada escudriñadora y recuperar para nueva vida todo aquello que fue creado con un fin unívoco, sin imaginar que destino final podía tener. Y además, que funcione bien.
Recalco esto, porque asi es mi cabeza y mi alma.
Maniobras para navegar en solitario
Tal es la tontería que llevo adentro, que me satisface una y otra vez ver como puedo bajar la mayor con un llamador, como queda sobre la botavara acomodada gracias a la serie de cabitos y argollas que la vinculan al amantillo, cumpliendo con las 3 B (bueno, bonito, barato), bah, en realidad, a fuer de ser sincero, para lo mío es sólo las 2 B (bueno y barato), aunque yo sea el único en verlo bonito también.
Ver como mi vang reemplaza al tiro hacia abajo de la escota de mayor, que ahora viene desde el stay popel, por arriba de mi techito, y llega hasta mis manos en el cockpit.
Ver como la botavara se queda quietita en donde yo lo quiera, gracias a mi cabo de retenida, que es uno de los mejores amigos del navegante seguro. Le gané a las trasluchadas involuntarias ayudadas por la olas roleantes. Popas seguras, etc, etc. Aprovechar como botalón de proa a mi tangón, que aprendió a quedarse firme y quietito, saliendo 1 metro por delante de mi proa, para que mi spi, devenido en Multipropósito, me lleve orzando casi, casi, como el genoa, para mi sorpresa.
Congelarme la garganta con la Coca helada que sale de mi heladera, amiga de mi convertidor de 12 volts y de mi pequeñín, el generador de $300 que compré en Easy (no podía dejar pasar esa oferta). ¿Malavida adentro?, hermosura revestida en madera, puertas de persianita, esterilla, ingeniosa cama de 2 plazas, música, etc, etc, …un lugar para vivir 🙂
Disculpen la lata. Si ustedes me eligen como amigo, el combo es completo…
Gabriel posando y matando el tiempo rumbo a Colonia…..
Hace días que tenía listos mis 120 litritos de nafta con aceite, que me garantizan 24 horas de funcionamiento de mi OMC interno, glotón en sus 5 litros por hora, pero fiel como el que más.
Un toque de arranque, y ya estamos completando ese viraje que el viento se empeña en abortar, o enfachando el barco para tomar un rizo, o maniobrando el barco como si fuera una bicicleta, en su aptitud orgullosa de girar sobre si mismo, como quien dice que «baila en una baldosa».
El viernes finalmente quedé con todos mis bultos en el barco a eso de las 23:00, estaba ordenando todo para que cuando decida salir, sólo tenga que girar la llave de contacto y listo.
Pasó remando por mi amarra mi amigo Marcelo Conesa, el benemérito presidente de nuestro hermoso grupo Navegantes Solitarios Rioplatenses, y nos quedamos charlando larguísimo rato, tiempo que su hijita Zoe, que estaba en el bote, soportó estoicamente.
Finalmente, ya pasada la medianoche, me acosté a descansar algo.
Gracias a Diana y Roberto, que en la reunión de presentación del Malvida me regalaron el libro de bitácora diseñado por Hernán Biasotti, tengo datos más exactos del viaje. Menos mal, ya que mi especialidad es olvidarme todo y entonces sólo les podría decir: «el viaje estuvo magnífico» y nada más.
A las 2:30 zarpé de mi club, el Sarandí, en el comienzo de una singladura nocturna que siempre me satisfizo. El río todo para mi, el mismo camino de siempre, …pero en la oscuridad, con el faro de la luna como única companía.
Me impuse tomar anotaciones cada hora, tal como lo propone el libro. No está nada mal.
¡Que bueno!, voy con todo el trapo a 5.9 nudos, voy, voy, voy. 4 de la mañana, parece que el viento aumenta. …Si pensás que vas a tener que tomar un rizo en algún momento, tomalo ahora. Cuanta sabiduría han sabido transmitirme todos los que me quieren bien. …Tomé cómodamente un rizo. Maravilloso, ahora vamos con menos escora a 6.3 nudos.
4.45, a cruzar el Mitre por el km 25.
Para no encontrarme con el pilote 7 que me llama como las sirenas llamaban a… ¿a quién era?, le pido al motor que me ayude a ceñir por media hora, hasta liberarme de ese rumbo comprometido y ya poner proa a Colonia.
El genoa ya fue prudentemente enrollado hasta convertirse en foque-tormentín, ya que en su última parte es menos bolsudo y trabaja perfectamente para ceñir.
6 nudos, 6.6 nudos, (¡qué bien que anda este barco!).
…Empieza a trabajar mi fantasía de grandes singladura marítimas, y estreno el timer de cocina que me compré ayer a la tarde. En el GPS confirmo que el próximo barco hundido que me sirve de referencia en esta autopista sembrada de últimas singladuras, está a media hora de aquí.Le pido al relojito que suene a los 10 minutos.
Cierro los ojos, total, estoy seguro, sentado en la escotilla, atravesado, con un pie adentro del barco, y el otro apoyándose en la brazola de sotavento, (parece que aumentó un poco el viento porque escora un poco más, ahora debe soplar un poco menos, porque ya escora un poco menos, asi me informa el Malavida de lo que es el mundo exterior), bajo techo, apoyado en mi puerta-respaldo que me da comodidad y sujección.
Ring!!!! una mirada alrededor, las velas no necesitan retoque. cuando sopla fuerte no hay ajuste fino.Vamos a los segundos 10 minutos, en una rutina que se repetiría todo el viaje, sólo que después, en zonas más despejadas como la estepa Rosario-Montevideo, incluirían bajar y dormir en la cama, como corresponde.
En el Malavida, allí en donde estés…podrás ponerte horizontal. 🙂
Ante todo, hay que buscar la comodidad……
Hasta encontré una posición reclinada sentado en la escotilla, gracias a mi altura, que me permite apoyar los pies en un mamparo de la mesa de navegación y convertir mi asiento en «Suite-ejecutivo», como les gusta denominarse a los omnibus de larga distancia. Siempre creés que estás comprando el mejor pasaje, y después resulta que había un micro mejor, cque se reclinaba más aun, con otro nombre más fantasioso todavía.
8:40, hace rato que es de día. Ahí está el Lambare, antes de cruzar el canal Uruguayo (yo lo llamo asi, pero se que tiene un nombre oficial, y que es distinto).
Hace un rato, habiendo aumentado el viento, tomé el 2° rizo. Maravilla, la misma velocidad, barco agradecido, patrón contento. Aviso a Control Colonia que voy rumbo a Sauce y …allá vamos.
10:10, pregunto a Colonia cuanto sopla, me dicen 20 nudos. Debió soplar algo más, (50 km de racha), según el gráfico del pilote Norden que luego me mandara mi amigo Marcelo Cermignani, veterano de exitosas navegaciones a Mar del Plata y Punta del Este. …un cachorro como yo, pero que va un paso adelante mío (y de muchos), junto con su excelente grupo de amigos de Zárate-Campana. Paso por Punta Negra.
12:30, bajó el viento y subió todo el trapo, conseguimos nuestros 5.6 nudos. Las Pipas, punta Artilleros, todo está en su lugar, y en mi GPS amigo.
12:58, voy bien, es temprano, todavía hay viento, Sauce ya conozco, ¿porqué no aprovechar y conocer Río Rosario?, vaya a saber si tendré otra oportunidad asi.
Ya había preguntado a Colonia si en Rosario había delegación de prefectura para dar la entrada del rol, me dijeron que si. Bueno, vamos entonces.
Llamo a Control Sauce, doy el paso por su través, aviso que me voy a Rosario, pregunto por el tema del rol, y me dice que allí no hay nada, pero que Angelito, del restarurant «El Muelle», lleva el rol a Sauce y me lo trae de vuelta. Excelente.
Rosario, por canal (¿68 era?) me contacto con Angelito, que me dice que después de la recalada, siga los 3 boyarines, que están marcando el centro del canal de ingreso, luego, ya estaré adentro sin problemas. Pregunto por la profundidad, me dice que con el río «seco», el canal está dragado a 2 metros. El río debe estar deshidratado, más que seco, porque sondeo 1.70 cerca del 3° boyarín.
Río Rosario
Una vez adentro, es un río ancho. Desde afuera, es casi imposible distinguirlo. Por lo menos, en un primer acercamiento, como el mío.Hay un barco fondeado, con gente nadando y disfrutando del agua y del calor.
Pregunto por radio como llegar al muelle. Me indican el primer brazo a la izquierda (babor entrando).Veo el brazo, …un tronco acostado en el medio del ancho del río. Trato de pasar por el costado, me varo en 1.30. Marcha atrás, consulta, etc, decido volver al río principal y fondear esperando la marea creciente. Ahora me imagino porque el velero estaba fondeado allí.
Tiro por popa una Danforth de chapa con cadena y cabo. Se ve que lo hice mal, porque el ancla me acompaña en el derivar del barco.
Me digo: ah…….. en Uruguay hay fondo de piedra. ¡Para eso tengo mi nunca usada pero siempre transportada ancla de cepo plegadiza de 13 kilos, y su pareja, los 9 metros (20 kilos) de cadena. Esta es la oportunidad tantas veces prevista. Manos a la obra. Revolver en los pañoles de proa, sacar, desplegar, armar, …fue sólo apoyar todo este «complejo» en el fondo, y el barco quedó clavado. ¿Agarró?, ¿no agarró?, nunca lo sabré, pero que funciona, ¡Funciona!
No nos olvidemos de la heladera. Sacamos al cockpit el motorcito, le ponemos nafta, arranque y ya tenemos barullo y electricidad.
No nos olvidemos que mi plan incluye descansar y estar preparado para la singladura que me falta. Rosario me lo está complicando. Me está restando tiempo. Quizás no fue la mejor elección, pero ¿yo que sabía?
14:30, Primavera, la esposa de Angelito me llama por VHF y me dice que a las 15:00 él va a ir a Sauce a llevar los roles, que el agua ya subió 30 cm (no eran tales, son como las «legüitas» de campo, larguísimas. (Pero estos eran 30cm streetch, estaban encogidos)
Con resignación y paciencia levanto todo mi fondeo (se puede, no es tan tremendo) y otra vez voy rumbo al riacho y al muelle.
La marea subió, pero todavía está bastante justo. La alarma del ecosonda estuvo pitando durante un buen tramo a 1.40. El quillote se habrá hecho algunos mimos con este fondo, nuevo para él.
LLegué al sitio. Primavera me espera en una saliente de piedras, …que es el muelle. Maniobro para tirar el fondeo chico (ahora si agarró) y me tomo por proa. Nuevamente pongo a funcionar el generador y le escapo al ruido yendome a tierra.
Veo fondeada a la goleta Shikandi de Alberto y Marta. Más tarde vovieron con su gomón desde la playa y estuvimos charlando largo rato. Cuantas vidas que se van entramando gracias a los foros y la vida náutica.
Todos me auguran suficiente agua para mi salida esta noche, (ante mis dudas no expresadas de si quedarme allí o ir a fondear al río principal, o afuera en el Rio de la Plata. …cavilaciones íntimas)
Por fin, acomodo una de las reposeras de la dotación del Malavida en tierra, me estiro y descanso un poco.
23.30, es hora de partir.
Miro hacia la salida del río, y no veo nada, sólo 2 cruceros que están fondeados en el medio. Ca…ramba, no había tenido en cuenta el manto de incertidumbre que aporta la noche en un puerto desconocido. Siempre lo tuve en cuenta para entrar, pero nunca se me ocurrió que también era un drama para salir.
Conecto mi buscahuellas (reflector potente), a los 12 volts del barco y, lógicamente, cuando lo enciendo, me ciega totalmente, pero es necesario. En mi fantasía siempre pensé que iba a ser útil en el delta del Tigre, en alguna situación determinada, pero evidentemente, ahora llegó la oportunidad del estreno.
Voy guiándome pasando cerca de los barcos fondeados. Cada tanto prendo el reflector para ubicar las orilla, hasta que, por fin, el haz de luz se topa con el árbol hundido y acostado. Evidentemente hay mucha más agua, porque ahora la porción visible es mucho menor. Paso al lado y, ya estamos en el río Rosario otra vez. Ahora es más fácil, con la luz de la luna incluída, ir hacia la salida, en donde están los 3 boyarines ciegos (de noche son más ciegos aún) que me llevarán a la salida. Mi gran amigo, el Garmin 72, me ayuda a desandar punto por punto el track de entrada, con el motor apenas regulando, y el zoom de la pantallita al máximo. Le tengo mucha confianza y él no me defrauda. Aunque querian pasar desapercibidos, saludo uno a uno a cada boyarín, pasandoles al lado, con completa seguridad.
Minutos antes, al acercarme a la boca del río, veo muchas luces, en la dirección aparente de la boya de recalada. …pescadores. ¿y si hay redes en el trayecto que tengo que recorrer?
Llamo a Control Sauce, me dice que los pescadores recorren sus trasmayos, de los cuales vi los bidoncitos flotantes a la entrada, y que no sabe mucho más, que trate de hablar con ellos por VHF. Trato de hacer contacto y nada. Escucho que Sauce también trata de contactarlos y nada.Me pregunta Sauce cuantos son. Yo veo dos buques nodriza y un montón de botecitos.
Me da verguenza mi sobredimensionada apreciación y sólo digo que veo dos «más grandes» y unos 9 más pequeños. Me dice que si al acercarme puedo ver el nombre de alguno, que se lo pase. (pienso que vive en un mundo de fantasía, ¿cómo voy a ver, de noche, el nombre de un barco, al cual quiero pasarle lo más lejos posible?
Sigo adelante, ya llegando a las inmediaciones de la boya de recalada, voy apreciando que la luces no están en mi rumbo. Es más, definitivamente están para el lado de Sauce.
Al rato siento la obligación y el alivio de llamar a Sauce para comunicarle que las luces eran …los edificios de la pastera (buques nodriza), y las calles y casa del barrio (9 barcos menores). Me reí solo un buen rato…
Vamos hacia Montevideo. Recta larga hasta el faro La Panela. No navega nadie. Todo para mi. No hay barcos hundidos ni nada. Entonces, a poner el reloj cada 15 minutos (no es cuestion de exagerar tampoco), y 3 o 4 veces en la hora hacer el salto hacia la cama y el de vuelta al cockpit.
4:00 a 5:00. En algún momento, durante la noche, vi otras luces agrupadas, pensé: pescadores. Parecía se movían hacia mi. Me acordé del Christian Valls y tomé la decisión de rajar un poco más encendiendo el motor.
Pude zafar, avancé rápidamente y les gané. Ahora, ya desde otro ángulo pude comprobar como, para disimular, …se convertían en las luces de algún poblado, en la zona del bajo de Jesus María.
Como engaña la noche. De todas maneras, siempre conviene tomar las mejores decisiones, …rajar, como hice yo.
8:05, por supuesto, ya es de día. Ahora si, con más seguridad, continúo con la práctica de ir a dormir, para conservar las energías.
Paso por Santiago Vázquez, no puedo dejar de recordar otra vez al «perro» Valls.
Pablo Valls, capitán del velero Mariana I, desaparecido en esta zona
Doy mi paso a Control, es el único que me pregunta todo, nombre de la embarcación, el mío, matrícula, rumbo, latitud y longitud (que bruto, le paso eslora y manga, estaba un poco dormido), corrijo y paso la ubicación correcta. Me pongo contento, se que si me pasa algo, Control Santiago Vázquez es el único que tiene los datos necesarios para proyectar por donde andaré en ese momento. Me pareció muy completo el requerimiento.
10:25 tomo un rizo y paso por La Panela. Ya veo barcos grandes.
12:20, paso por el Calpean Star, poco viento. Pienso en llegar y en lo bien que le vendría a la heladera un poco de electricidad. Prendo el motor, el convertidor se la brinda, y me voy hasta El Buceo en una entrada triunfal y cómoda.
Me dan amarra en una marina y allí comineza mi maravilla al empezar a disfrutar de este puerto al cual entré 2 veces anteriormente, pero que ahora me acogerá como un sitio privilegiado de vacaciones.
…el miércoles llega Elida.Malavida y yo la esperamos.
El puerto de Buceo me sorprendió gratamente.
Como ya mencioné, había llegado a él, como tripulante en 2 ocasiones, y en las dos, casi inmediatamente, había vuelto a Bs As en micro directo (muy recomendable, 8 horas y ya estoy en casa).
En esta oportunidad, llegué con el Malavida, mi barco, y ahí está la diferencia.La ubicación del puerto es magnífica, en una zona preciosa de Montevideo. Me hace acordar a la vista que uno tiene en ciertas zonas de Mar del Plata, parques verdes, edificios en torre, avenidas arboladas, etc.
Le comenté a Elida que cuando venga, le iba a encantar.
Particularmente a mi, me daba la sensación de haber llegado a un puerto de una ciudad importante, luego de alguna navegación de largo aliento. Me imaginé ser alguno de los navegantes transmundistas, cuando ubica su barco-hogar en el puerto de una ciudad, y se puede dedicar a visitar y recorrer.
Es verdad que, entre los puertos más habituales para nosotros, Colonia también representaría esto, pero la diferencia es que esto es nuevo para mi, y que es una ciudad mucho más grande.
Realmente, no tenía la ansiedad puesta en llegar a Piriápolis. Para mi, con estar acá ya estaba bien.
Elida me escribió alentándome, y diciéndome que si tenía energía, que me largara para Piriápolis, que ella me encontraría allí.
El Lunes 16/2 recibí la visita matutina de Luis Nin Estévez, que se hizo un ratito de tiempo, antes de internarse en su oficina. El fin de semana estaba con su familia en Piriápolis y compartió la llegada del Azul con Oscar Isa y Ernesto Betbeze. Charlarmos largo rato y me alentó a que me fuera para allá.
También tuve un lindo rato de charla con mi vecino de amarra en la marina 1, Eduardo Rejduch de la Mancha. Estuve en su barco y charlamos un lindo rato.
En el YCU, Yacht Club Uruguayo me sentí más que cómodo. Por convenio interclubes con el Club Náutico Sarandí, el primer día de amarra es sin cargo, y los subsiguientes se paga una tarifa que, para mi barco, resulta ser menor que la de los puertos que administra Hidrografía. Hay Wi Fi en el salón del club, y si uno se las ingenia y tiene suerte, como en mi caso, se capta la señal en el barco. Al principio, me trasladaba a los sillones del loby del club con mi notebook, pero luego me di cuenta que si levantaba la compu a la altura de la cubierta, se captaba bastante bien la señal. Asi es que estuve chateando con Elida e intercambiando mails con los foros, recogiendo información meteorológica desesperadamente, para asegurar mi partida.
Me preparé para partir a la madrugada del 17.
A las 3 de la mañana solté amarras. Previamente había cambiado las bujías, porque me parecía que no escuchaba del todo bien al motor, y también había tenido la desagradable sorpresa de que, en el ratito que dejé regulando el motor, para preparar los cabos de ida y vuelta, etc, para hacer una salida prolijita, sonó la alarma de alta temperatura del motor, por lo cual lo apagué y dejé enfriar un poco. Luego lo arranqué otra vez, previo comprobar que el escape escupía agua aparentemente en forma normal, y partí en la oscuridad.
Apunté al faro de la isla de Flores, dejando la roca del Buen Viaje bastante lejos por mi estribor. Siempre encarriladito sobre la ruta que me marqué en el GPS. Al principio con poco viento, pero después Eolo se puso a trabajar y el motor se fue a dormir.
A las 4:45 Eolo se despertó del todo, y yo tomé 1 rizito, para estar más tranquilo.
6:45 amaneció, viento a un largo y a las 9 y cuarto estaba con toda la vela, el genoa abierto con el tangón, navegando a 4 nudos y medio muy cómodo.
11:30 escucho al Azul despacharse de Piriápolis con Prefectura, y ahí nomás le hice mi llamado, que fue inmediátamente respondido por Oscar. Me comentó que se iba, que lo lamentaba y después supe que dió unas vueltas para esperarme, pensando que yo estaba más cerca y que llegaría más rápido a donde él estaba. Me faltaban aún unas 7 millas para llegar.
12:20 cayó el viento, pongo motor para arribar a Piria 13:20 aproximadamente, después de seguir las estrictas instrucciones que me pasaba Ernesto desde su handy, para que el mALAvida se ubicara con el fondo del hotel Argentino y el cerro Pan de Azúcar a fin de lograr una foto con los paisajes clásicos de Piria.
Piriápolis
Ernesto Betbeze recibe a Gabriel en Piriápolis
¡Qué lindo es que a uno lo estén esperando, con alegría, con amistad, como la que existe allí, en el «centro del mundo» como dice Ernesto. Cerré el mALAvida y nos fuimos a la casa de Ernesto y Graciela, donde arrasamos con todos los salamines y cervezas que había. Caí desmayado prácticamente en una cama que me facilitaron, (no por la navegación, sinó por la cerveza), y terminé de asimilar la Pilsen en la más profunda de las ensoñaciones.
Luego, ya despierto, estando charlando afuera de la casa, Graciela ve por entre los árboles (vista privilegiada al mar), que una vela está cruzando. Con toda la seguridad dice: ese es Enrique Celesia y Cristina que vienen de Punta del Este. Lo llama por celular y, efectivamente, es Enrique. Rato después, los vamos a buscar al puerto y les damos la bienvenida. Todo culmina en una hermosa cena en casa de los Betbeze, donde milagrosamente aparecieron más salamines y cervezas. Una hermosa noche de amigos y verano.
Miércoles 18, a las 8 de la mañana llegaba Elida, me avisa que se atrasa 45 minutos, se lo aviso por mensajito de texto (que práctico que es) a Ernesto, para que me pase a recoger más tarde por la amarra. Vamos a la terminal y me encuentro con la viajera, que venía vía Carmelo y micro. Damos una linda vuelta turística para conocer un poco más Piriápolis, y nos quedamos en el barco acomodándonos.
Elida en Piriápolis
Yo dale y dale mirar la meteorología, hasta que decido que al día siguiente vamos a partir, ya que el sábado y domingo se venía una rosca fuerte, y quería estar al abrigo de la amarra en Buceo. Caminamos conociendo Piria, nos encontramos en el centro con Enrique y Cristina, y volvimos al Malavida para irnos a dormir.
Muchos mail ida y vuelta, Marcelo Malara me escribió: prepará el motor, …y tenía razón.
19/2 5:15 salimos para Buceo a vela.
6:45 enciendo el motor, porque con la vela no pasaba nada.
Empieza a aclarar, Elida duerme adentro, veo a babor alguna formación de nubes que tiene un aspecto llamativamente igual a un cumulonimbo, mucho más alto que el resto de las nubes, y con un penacho que va hacia Piriápolis. Lo miro continuamente. Cada tanto, en su corazón se producen relámpagos. …¿Qué feo no?
Lo voy mirando continuamente para ver si se viene, si me estoy alejando, si va a pasar algo, si no va a pasar nada.
Sigue aclarando y cada vez se ve mejor su silueta, …afortunadamente, cada vez se va diluyendo más. Tengo la secuencia fotografiada, …hasta que al final se diluye totalmente. A quien haya que agradecer: GRACIAS.
9:25 hago un cambio de bujías porque el motor levantaba temperatura….en algún momento, empezó a trabajar sólo un cilindro. Investigo cuál es el que no anda y justamente, es el que tiene la bobina que empezó a perder una jalea oscura y pegajosa, ya la había detectado antes. …terminó su vida útil.
Busco entre los repuestos y encuentro un par de bobinas viejas, que tal vez hayan sacado del motor hace ¿5 años, 10 años?, la cosa es que me las ingenio para instalar una de ellas reempalzando la fallida, los conectores no son iguales, pero con imaginación, la electricidad se decide a pasar igual. Santo remedio. Los 15 caballos rugen nuevamente. …lástima que siempre al límite de la temperatura. …purgo el vapor, hago lo que puedo.
15:20 arribamos a Buceo.
El lugarcito de mi anterior amarrada me está esperando, y nos preparamos a pasar varios días allí.
El viernes con buen clima, el sábado y domingo, con un viento espantoso, que hacía rugir las jarcias, tal como le escuché contar a Nicolás Paura en una charla, cuando nos graficaba el ulular del viento cantando: uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhúúúúúúúúúúú. Por suerte tenía la proa hacia el viento SE, de manera que me daba el lujo de asomarme a la escotilla sin mojarme y observar la escena de los barcos balanceándose con furia y tirando de sus amarras.
El mALAvida tenía 3 cabos por proa, 2 por popa a la boya, y 2 cabos de retenida para que no se vaya hacia los costados. Todo funcionó bien.
Domingo, la lluvia amainó, paró de llover y con Elida salimos de la caparazón para irnos a la terminal de micros de Tres Cruces, de donde parte su micro a Bs As, …sólo que son las 14:00 y su micro sale a las 23:30. Le hago el aguante hasta las 20:00 y me despido, porque mañana pienso continuar el acercamiento a Buenos Aires.
Ya dejé pagado todo en el Club y sólo me resta esperar el buen tiempo.
Lunes 23/2. Es de mañana y aún sopla fuerte, el puerto está cerrado. No se si deseo que lo abran o no, las olas todavía parecen grandes desde el puerto. Seguramente, cuando uno está en el medio del agua no sea tan tremendo, pero desde la orilla simpre parece más embromado el mar de lo que realmente está.
De todas maneras, hay que esperar el informe meteorológico de la mañana.
Me viene a visitar Pedro Fernández, uruguayo dueño del Solimareño, un barquito que se hizo él solito. Digno de admiración. Charlamos largo y tendido. Salí a buscar puertos y paisajes y lo mas importante que encontre, …son amigos.
Informe meteorológico. Tarda, tarda, tarda. En definitiva, recién a las 16:00 avisan por radio que el puerto se abre. Ya no hay viento, y hasta creo que ya no hay olas. En realidad, creo que no hay nada que sirva para navegar.Mi vecino de amarra, un uruguayo del club me dice que no salga a esa hora, que se nota al puerto lleno de agua, y que ésta tiene que bajar, por lo tanto, voy a tener corriente en contra. Que espere, duerma y salga a las 4 de la mañana.
Lo comento con el lanchero del club, que pasa por mi popa y me dice que para él, no está más crecido de lo normal, que no esperaría una corriente especialmente importante descendente.
Me quiero ir, por lo tanto, atiendo más al lanchero que a mi vecino velerista y uruguayo.
Me preparo y a las 18:00 dejo el puerto.
Motor para llegar hasta la punta del emisario. Motor para seguir.
Aviso por canal 13 a control Montevideo que voy a cruzar el canal de entrada al puerto (me habían indicado que lo hiciera asi). Me avisan que está saliendo un barco carguero (que veo perfectamente, creo que se llama Monte Oliva). Va más rápido que yo (que novedad, ¿no?). No nos vamos a cruzar.
Al pasar por el Calpean Star (20:20) pruebo a ver si el viento me sirve para algo. Paro el motor. El viento no alcanza. Quiero encender el motor, y al apagarlo había calentado. Suele suceder cuando la temperatura del motor está al límite. Mientras circula agua, más o menos va, pero si lo apagás, el agua que quedó quietita se calienta y cuando querés darle arranque otra vez, suena la chicharra.
Espero, me quedo boyando cerca del Calpean Star. No me gusta nada no tener gobierno en una zona medio comprometida, pero tengo que esperar. Finalmente enciendo el motor, aunque la chicharra suene. Le doy acelerador a fondo, para que circule más agua y a los pocos instantes, deja de sonar la alarma. Listo, sigamos viaje.
21:50 Veo venir un algo que parece un montón de luces, un barco más o menos importante. Pregunto a Control Montevideo y me dicen que está volviendo el pesquero uruguayo Zoapesca, o algo asi. Lo estudio rato largo, y al final, veo que yo sigo adelante y el ya no me apunta directamente. Va apuntando a mi popa y más atrás de ella. Todo está bien. …es lindo preguntar y saber que está pasando.
22:45 calentó el motor. Lo detengo, espero un rato. Lo enciendo y sigo.
23:15 paso el faro de La Panela y apunto a Sauce. Ruta larga, sin nadie a la vista, ideal para dormir. Y eso hago. Me despierto cada 10 o 15 minutos, controlo todo y sigo durmiendo. Las luces de la costa no me engañan más. Ahora se que no son pescadores ni piratas ni nadie que se interese por mi. Simplemente son luces de la costa. Navego, navego y navego.
6:00 Todavía me faltan 33 millas para Sauce. Seguimos adelante. Otra cosa no hay para hacer. Meta motor.
Cada 2 horas y media controlo el combustible de mi tanque (carga 25 litros, se terminan en 5 horas) y le trasvaso los 15 litros que guardo en alguno de los otros bidones. Que invento la lámpara de leds que se coloca en la cabeza. Es utilísima. Me ilumina los bidones, la manguera de trasvasamiento. Sirve para iluminar las velas y controlar como trabajan las lanitas del genoa.
Tengo una manguera corta, para pasar de un bidón móvil al tanque del motor, y me hice otra manguera larga, como de 3 o 4 metros, que me sirve para traer combustible de cualquier bidón de los que llevo firmemente amarrados a la red y a los guardamancebos en la banda de estribor, hasta el tanque del motor.
Guante para trasvasar
Mi invento del guante funciona 10 puntos. Sencillo. Manguera de plástico transparente del largo que uno quiera. Un guante de lavar los platos, con perforaciones en la punta del dedo mayor y el pulgar. Pasar la manguera por el dedo mayor y dejar unos 50 cm de manguera saliendo por el puño del guante. Insertar en el pulgar un trocito de 15 cm de otra manguerita. Se meten los 50 cm en el bidón lleno (la otra punta en el vacío). Se cierra el puño del guante en torno de la boca del bidón lleno. Se lo mantiene bien hermético. Se sopla por la manguerita corta que pasa por el dedo gordo, y el combustible empieza a salir por la manguera llegando hasta el tanque del motor. La manguera es de un diámetro generoso (unos 2 cm), para que la nafta pase rápido. No falla y es muy sencillo. Especialmente para hacerlo cada 2 o 3 horas.
7:20 hasta las 10:15 trato de ir a vela (que bueno el silencio). Luego, enciendo el motor otra vez.
11:10, dejó de andar un cilindro. Tiene que ser una pavada. Reviso. Se salió el capuchón de una bujía. Lo vuelvo a poner, pero al detener el motor, calentó otra vez.
12:30 ya me cansé del tema temperatura (además hace bastante calor). Hace tiempo tengo pensado una conexión de refrigeración de fortuna. Decido que este es el momento de ponerla en práctica. No hay viento, el barco no va para ningún lado.
Preparo todo para trabajar un buen rato en el habitáculo del motor. Desenchufo mangueras, adapto conexiones. Uso mi bomba presurizadora de agua potable para bombear agua de río al motor. Enciendo todo y …FUNCIONA. Bravo. Ordeno todo. Se me ocurre visualizar cuanta agua entrega la bomba eléctrica, sin la intervención del rotor del motor. Con el motor detenido dejo trabajando la bomba eléctrica y veo con satisfacción como sale agua del caño de escape. Bueno, sigamos viajando.
Doy vuelta a la llave de contacto, y el motor no responde. Está totalmente trabado.
No tardo mucho en comprender que, tristemente, lo llené de agua. Cilindros, carter, todo. Al subir el nivel de agua en el caño de escape, y no haber gases que la contrarreste, el agua se metió adentro del motor alegremente.
Pienso en como salir de ésta. Arreglé lo de la temperatura, pero embromé el motor. La verdad, …no me gusta nada la situación.
Pienso un rato, y empiezo a trabajar en la recuperación de la macana que me mandé.
Saco las bujías y doy vuelta a la llave de contacto. El motor gira, escupe agua a presión y moja todo el habitáculo del motor. …por lo menos, SALE. Hago esto varias veces hasta que me parece que no escupe más agua. También abrí un grifo de purga, por el que salió un buen chorrito de agua.
Ahora sólo hace falta que arranque. Seco las bujías, las pongo y le doy arranque. No pasa nada.
Vuelvo a sacar las bujías y están totalmente mojadas otra vez. Me digo que esto va para largo.
Vuelvo a secar las bujías. Tomo una jeringuita descartable que tengo e inserto unos centímetros de nafta en cada cilindro. Pongo las bujías, le doy arranque y alguna que otra explosión aparece.
Repito la maniobra varias veces, lo que implica bajar, trabajar con las bujías, subir, dar arranque, etc. Una excelente gimnasia para que los músculos no se atrofien en las navegadas prolongadas.
Luego de trabajar de la misma manera un buen rato, el motor enciende.
Aleluya, son sólo las 14:15. Mi sufrimiento duró sólo 2 horas.
Le doy acelerador y ya estamos otra vez en carrera.
Me faltan 22 millas para llegar.
En un momento apago la bombita eléctrica, porque la toco y está muy caliente. No está hecha para servicio contínuo.
17:25 boya de Recalada Sauce. Pienso que voy a necesitar el motor fresco para que no recaliente al bajar las revoluciones para operar en el puerto, y enciendo nuevamente la bomba eléctrica. Sólo debo recordar apagarla antes de desconectar el motor.
Media hora más y ya estoy en el puerto.
Amarro, bajo. Veo a mi compañero de club Raúl García, que viene a saludarme. Está con su familia y velero pasando unos días allí. Me tiende la mano. Me sale darle un abrazo y beso de bienvenida, o de llegada. Lo desconcierto un poco, pero que le vamos a hacer. Se ve que yo estaba muy contento de haber llegado por fin a Sauce.
Me llevó casi 24 horas. Todo un record.
Me quedé pensando que no estaba arrepentido de haber desoído el consejo de mi vecino de amarra.
No se si saliendo a las 4 de la mañana las cosas hubieran sido distintas, pero asi tengo la vivencia y la experiencia de que es lo que pasa en la zona, cuando tenés cero viento y corriente en contra, porque un nudo de corriente había tranquilamente, y más también. Aprendí algo más, sino, siempre me hubiera quedado con la duda.
La papelera de Sauce
Tengo que reponer 85 litros de nafta. Justo está el camión tanque entregando gas oil a un barco. Me dice que espere a que termine para irme con él a la estación de servicio.
Vuelvo al barco. Escucho un cierto ruidito. Me doy cuenta de que no apagué la bomba eléctrica.
…otra vez el motor lleno de agua. Ya encararemos una segunda resucitación.
Viajo con el camión, en la Ancap cargamos 2 bidones que él tenía, pago con mucho dolor (la nafta allí cuesta unos 3.80 pesos argentinos el litro) y nos volvemos al barco. Trasvaso todo y lo primero que hago es ponerle aceite (ni quiero pensar en el desastre que puede suceder si me olvido).
No quiero saber más nada con hacer macanas. Desarmo toda la novedosa instalación de agua y dejo las cosas en su modo original.
Sólo queda arrancar el motor siguiendo la misma rutina que en el episodio pasado.
Lamentablemente, esta vez me llevó muchas más bajadas y subidas hacer arrancar el motor. Al final arrancó. Pero al final, final, final ¿eh?. Me dió un trabajo bárbaro.
Reparé en que cantidad de esfuerzo físico uno hace a veces en el barco. Asi como otras veces no hay que hacer nada de nada.
Consulto con Hidrografía y me dicen que si arribo y zarpo dentro de las 3 horas, no tengo que pagar nada.
Lo que yo quiero es irme y aprovechar el vientito que ya se levantó. Quiero irme a casita.
Prefectura insiste en que tengo que pasar a sellar el rol y dejarles una copia. Aún cuando en Buceo yo había despachado directo a San Isidro.
Voy a Prefectura y sello otra vez el rol. Qué lástima, tenía uno de más para quedármelo, pero ahora quedará en Sauce.
22:25 Por fin zarpo a San Isidro.
Transpongo la escollera a motor, hago unas piruetas para enfachar el barco y abro parcialmente el genoa. Hay una linda brisa que viene de popa. Vamos tranquilos a 3 nudos. Por fin vuelvo a navegar en un «velero».
3:33 Entre Las Pipas y Punta Negra, levanto la mayor y asi llego a los 4 nudos.
5:10 Fente a Colonia, hundido Intramar, tomo 1 rizo y voy a 4.8 nudos.
Veo salir un Buquebús pasando con el fondo de la isla San Gabriel.
Venía con muy lindo andar. Veo venir un barco por el canal, en la lejanía, pasando el faro Farallón.
Calculo cuantos km y tiempo le faltan a él para cruzar mi ruta, bajo mi velocidad para estar tranquilo de que él va a pasar primero. Todavía me falta un montón para el canal, casi 3 millas, me acerco al hundido Viena, cada vez más despacio, enrollé genoa, aflojé escota de mayor. Y el barco no termina nunca de venir. Pierdo un tiempo precioso (después me va a hacer falta para pasar el Canal Costanero en Acassuso).
Al final, me cansé, levanté todo el paño y encaré hacia el canal.
Lo cruzo comodamente y del barco, todavía ni noticias.
Moraleja. Hay que seguir a la velocidad que uno trae, hasta llegar al canal, bien cerca. Ahí se ve si está el barco o no, si ya pasó, o si está por pasar. En todo caso habrá que dar una vueltita de 5 o 10 minutos, pero es muy difícil calcular de noche y de lejos, a que distancia y cuanto le falta a un barco para pasar delante de uno. No espero nunca más con tanta anticipación.
Después del canal y del hundido Lambaré, gran dormida (20 minutos), otra vez empieza la buena vida. Buenas noches…, aunque son la 7 menos cuarto de la mañana. Mejor, se ve más y se duerme más tranquilo.
11:00 ya crucé el Mitre. Ahora empieza la pelea para llegar a: ¿mi amarra?, ¿alguna amarra?
Como siempre que sopla NW, el agua baja y San Isidro se pone más fuera del alcance.
Radio, consultas de altura de marea, hay 53 cm bajando en el puerto de Bs As.
Pienso que no voy a tener tiempo de pasar el Costanero y me reservo una bienvenida en el CUBA, mi recalada de fortuna, que siempre tiene los brazos abiertos para recibirme. Ahora voy a motor, ya que al mediodía el viento cayó.
12:00 estoy cerca de la recalada de Nuñez, pasé el hundido Don Alejandro.
Llamo a Prefectura San Isidro para preguntar si puedo entregar el rol en Olivos (cerca de casa), ya que amarraría en Nuñez, con todos los inconvenientes que eso supone. (volver a buscar el barco al otro día).
Me contestan terminántemente que no, que tengo 24 horas para entregar el rol en San Isidro.
Pienso, calculo, tomo la decisión y viro para la Bikini Norte. Me voy a tirar el lance de llegar a mi club.Voy a motor, lo cuido de que no recaliente.
13:00 entro en la zona de poca profundidad, bajo la velocidad, paso cerquita de la draga, tengo 10 cm de agua debajo del quillote, sondeo 1,50. Suena la alarma, no me alarmo, se que por un ratito va a ser asi. El fondo no va a subir más.
Finalmente, el fondo empieza a bajar. Listo, ¡pasé!
La ruta de siempre, llegar a la amarra, llamar por teléfono, comunicando el éxito de mi llegada.
Son las 14:15 del miércoles 25/2. Navegué durante 12 fantásticos días y noches.
Ahora si. En julio me puedo dedicar a cumplir 60 con la conciencia del deber cumplido 🙂