Relatos de navegantes
Crucero de Instrucción del Curso Patrón de Yate – 2010
Por Martín Pachiani – Asociado 111 –
Habiamos programado con los alumnos del Curso de Patrón del 2010 un cruce al Puerto del Buceo el que fue postergado por distintos motivos en dos oportunidades, gracias a la colaboración de Jorge Mileo, el jueves 22 de julio por la noche nos juntamos para hacer los trámites de rigor antes de abordar el Lady Laura II. La tripulación estaba formada por 8 alumnos del curso de Patrón de Yate de la Asociación, Jorge Mileo y yo.

Alfredo Núñez en su práctica con el sextante
Contábamos con un completo pronóstico meteorológico elaborado por el profesor de nuestro Curso de Meteorología, Norberto Cattaneo, que nos daba buen tiempo para el viernes, sábado no tan bueno y el domingo a su criterio seria un día “no navegable” por la formación de una ciclogénesis al este del Plata presagiando fuertes vientos del sector sur.
Con este panorama consideré prudente cambiar el destino original que era Buceo por un triangulo Sauce-La Plata-Buenos Aires que nos tomaría el domingo al abrigo de la costa de barlovento evitando además la posibilidad de quedar presos en Montevideo con el puerto cerrado por el mal tiempo.
Avanzada la noche, munidos de nuestros documentos nos juntamos en la delegación de Prefectura de Olivos para hacer el correspondiente despacho, allí surgió la primer complicación ya que el Oficial de Guardia consideraba en “mal estado” el documento de un par de tripulantes negándoles la salida, como alternativa nos enviaba a Migraciones para ver si ellos los autorizaban, ¡un verdadero trastorno!.
Insistimos en que los documentos reunían los requisitos claramente legibles pero todo fue en vano. Jorge Mileo decidió tomar los papeles y jugárnosla en otra dependencia, nos dirigimos a San Isidro donde nos atendieron con la acostumbrada amabilidad de la Prefectura… y nos dieron la salida!!!

Lady Laura II
Entrada la madrugada estibábamos nuestros pertrechos esperando un repunte en la marea para poder salir de Puerto Norte con 1.85 metros de calado, recién a las 05:00 AM dejamos el puerto con viento franco mientras la luna llena alcanzaba el horizonte tras los edificios de la ciudad.
A buena velocidad cruzamos el paso del Pilote 7 trabajando en guardias para timonear, hacer la navegación y descansar. Con la luz del día colocamos el tangón en el genoa para aprovechar mejor la brisa de popa, la jornada acompañaba para navegar por los métodos tradicionales y fue muy bien aprovechada.

El turno de Iván con la estima, en la mesa de navegación.
Cerca del mediodía establecimos el asimétrico y pasamos Colonia a unos 6 nudos. Mas tarde divisamos los edificios de Sauce y la humeante chimenea de la papelera, a las tres y media de la tarde franqueamos la antigua farola roja ubicada en el morro de la escollera a la entrada del puerto.
Luego de tomar una boya al borneo dimos aviso radial a Prefectura comunicando nuestro arribo e inflamos el bote para llevar los papeles. Fue entonces cuando Jorge luego de buscar la carpeta con toda la documentación en cada rincón del barco se dio cuenta que la misma había quedado………..en su auto!!.
Nunca habíamos pasado por algo igual, estábamos en el extranjero, con un barco sin papeles y parte de la tripulación indocumentada ¡no lo podíamos creer!

Jorge explicó la situación en Prefectura de Sauce y encontró como mejor alternativa enviar a un tripulante a Buenos Aires a buscar la documentación, Iván se ofreció como voluntario para hacer el periplo ya que tenia su cedula de identidad. Estuvo de regreso como a las 5 de la madrugada y fue vitoreado como héroe de la tripulación.
Finalmente esa misma mañana nuestro capi dio entrada y salida para poder continuar nuestro itinerario.
Ese día fue pésimo para mí, seguramente la angustia y los nervios de la jornada anterior me jugaron en contra y amanecí bastante descompuesto. La pierna a La Plata fue de un solo borde con un SE que alcanzaba los 30 nudos llevando al Lady Laura II a buen ritmo con foque y mesana.
Sorteando los buques anclados en la rada alcanzamos las balizas del largo canal de acceso al puerto, pasamos el semáforo y dimos entrada radial al pasar por el Destacamento Monte Santiago. Nos dirigimos al Club de Regatas La Plata donde nos dieron una amarra de cortesía, como Juan Pablo debía desembarcar no quedaba otra alternativa que dar entrada al país y hacer migraciones en Ensenada asi que, una vez mas, a realizar los tortuosos tramites burocráticos.

Desayuno a bordo
Para no ser la excepción allí también hubo que sortear inconvenientes ya que no había personal en Migraciones y Jorge debió regresar al día siguiente para completar el trámite, afortunadamente solo bastó con presentar nuestros documentos evitando así el trastorno de movilizarnos la tripulación completa.
Sin embargo la movida del sábado a Ensenada fue aprovechada para pasar por una carnicería y por la noche disfrutamos de un fabuloso asado acompañado de buen vino y como sobremesa se armo una partida de truco. Descubrimos en Carlos D. un personaje locuaz buen contador de cuentos que hacia un magnifico contrapunto con Carlos Alberto. Entre chistes y risas algunos se quedaron hasta la madrugada cuando se agoto la leña que calentaba la salamandra.
Como mencioné anteriormente, debido a los trámites recién pudimos emprender el regreso al mediodía, la niebla cubría la salida del puerto impidiendo ver las balizas.
Las ruinas del antiguo semáforo penetraban en la densa niebla que ocultaba el extremo de la torre, la que en épocas de antaño señalaba la altura de marea mediante el izado de balones que deben haber sido claramente visibles desde la cubierta de un vapor con la ayuda de un catalejo.
Salimos con precaución y con muy poco paño ya que el sudoeste llegaba con fuerza. Fue una pierna bastante húmeda por la constante llovizna y algunos rociones, sin embargo eso no impidió degustar una abundante tallarinada con salsa bolognesa que ayudo a mitigar el frío. Finalmente alcanzamos Puerto Norte a las seis de la tarde donde entramos arrastrando la quilla por el barro.
