Relatos de navegantes

El cruce del Atlántico del Ithaca 2006 Miryam y Patricia Brizuela

por Patricia y Miryam Brizuela – Socias Co-Fundadoras de A.D.A.N.

11.06.2006 – Para ellas este simple y sencillo homenaje al cumplirse un nuevo año del cruce del Atlántico en el Ithaca, el barco que ellas construyeron con sus manos. Este resumen va como un reconocimiento a estas dos amigas navegantes que después de tantos años de trabajo, de sacrificios, de rodear escollos, ignorar suspicacias y hacer oídos sordos a alguno que dijo “….no podrán pasar de Colonia”, a pesar de todo eso, lograron su objetivo, Uds. chicas deben saber que su ejemplo sirvió y servirá!!!
Para el Ithaca y sus capitanas, Colonia fue el primer puerto en su largo viaje alrededor del mundo, su primer etapa está cumplida, Buenos Aires-Londres, desde esta Asociación queremos que sepan chicas, que son y serán un ejemplo a seguir!!!

Este relato está tomado de la página del Ithaca, es el relato de la última singladura del cruce del Atlántico, de Horta a Sanxenxo con imágenes y mensajes enviados al foro de NpeM

Habíamos llegado a Horta, en Azores y sencillamente no lo podíamos creer!!! Fue más que un sueño cumplido. Fue tomar cabal conciencia de que si queremos podemos lograr cualquier cosa… No solo nosotras, sino cualquiera que esté dispuesto a afrontar las consecuencias de decidir llevar a cabo lo que siempre soñó…

Azores nos recibió con los brazos abiertos. Los marinos, Altino (de la Rueda de los Navegantes) y la gente que sin conocernos simpatizaba con nuestro proyecto. Al llegar a Faial fuimos concientes de que necesitábamos unos días para descansar y luego nos dispondríamos a alistar al Ithaca para la última pierna de la primera etapa, de este viaje.
Londres era nuestro destino. Descansamos una semana en la cual nos dedicamos a recobrar fuerzas, comer todas las delicias que Faial nos ofrecía, conversar, compartir experiencias con otros navegantes y recorrer esa hermosa isla.

El Archipiélago de las Azores, pertenece a Portugal y consta de nueve islas, una más bonita que la otra. A saber: Faial, San Miguel, Santa María, Graciosa, Pico, Terceira, San Jorge, Flores y Corvo. Poco faltó para que en vez de arribar a Faial nos dirigiéramos a la isla San Miguel, mucho mas al este. La Baja que nos impedía llegar a Azores nos hizo pensar en cambiar el rumbo, por suerte no lo hicimos. Tardamos mas, pero nuestro objetivo era llegar a Faial, que es la isla mas importante de Azores y un hito para todo navegante oceánico.
En el puerto de Horta, en Faial, atracan todas las embarcaciones que atraviesan el Océano Atlántico. Es el principal sitio turístico del mundo donde llega más gente por vía marítima, y por lo tanto cita obligada para cualquier navegante. Llegar allí se ha vuelto una tradición, como así también, dejar una “pintura” en algún lugar del puerto. Estas “pinturas” constituyen, hoy en día, una auténtica galería de arte al aire libre. Hicimos nuestra pintura y buscamos las de los otros compatriotas que han pasado por allí. Ciertamente no son muchos, pero hemos fotografiado cada una, encontramos inclusive la del “Lady Laura”, que pasara por allí hace ya unos años.

El Café de Peter constituye la segunda gran tradición de Horta y es conocido como el Café mas famoso del Atlántico. Todos los marinos se encuentran allí, se halla a una cuadra de la Marina, justo frente al mar. Su dueño nos ha honrado invitándonos a escribir unas palabras en el “Libro de la casa” para dejar constancia de nuestro paso por Horta. También nos ha pedido que dejemos una bandera colgada en una de las paredes del bar, lo cual hicimos con mucho orgullo y nos invitó a una visita guiada por el “Scrimshaw Museum”. Este museo alberga piezas que preservan la memoria de lo que fue la caza de ballenas en Azores, principalmente entre Pico y Faial. Numerosos dientes de ballenas y huesos de cachalotes fueron grabados por los mismos balleneros, actividad que los ayudaba a pasar las largas horas de navegación. Otras piezas de marfil han sido grabadas por artistas que fueron perfeccionando la técnica, en las cuales cuentan historias sobre el duro trabajo del ballenero.
Nos contó Horacio Acevedo, actual dueño de Peter Café (hijo de Peter), que en aquel entonces una persona era apostada en lo alto del Monte da Guía y se quedaba allí durante horas como vigía. Al observar algún movimiento de ballenas en el mar, éste hacía sonar una sirena y todos los hombres corrían a sus embarcaciones para darles alcance. Hoy esa práctica está totalmente prohibida, pero hemos podido ver en los ojos de los ancianos añoranza por aquellos días en los que cada hombre jugaba su vida a diario…, días en los que el futuro estaba en sus manos…

Paseamos por el suelo árido del Volcán de los Caphelinos, que entró en erupción entre 1957 / 1958, dejando sin utilidad y parcialmente bajo dura lava al viejo Faro que allí se encuentra. La terrible erupción agregó mas terreno a la isla y dejó el suelo de la zona tan seco como la superficie lunar. Pero la isla es fértil y está dominada por el cono volcánico de Caldeira, un impresionante cráter de dos kilómetros de diámetro cubierto por gran vegetación.
Recorrer Faial es caminar entre un sinnúmero de flores que crecen a los costados de los caminos, como así también en los jardines de las casas, el color azul es predominante gracias a las hortensias de ese color que allí florecen tan bien. Faial también es historia. Por allí pasaron las carabelas cargadas con tesoros de América y Oriente; las aventuras de los hidroaviones que unían las dos orillas del océano Atlántico; fue un punto estratégico en la segunda Guerra Mundial. A partir de los `50 comenzaron a llegar los primeros dueños con sus embarcaciones, en aquel entonces se los llamó “aventureros”. Entre ellos podemos mencionar a: Sir Francis Chichester, Marcel Bardiaux (primer navegante que cruzó el océano al contrario de los vientos predominantes), Eric Tabarly y con anterioridad, Joshua Slocum. Cómo no estar orgullosas de haber pasado por allí!!!

Después de pasear y descansar nos dedicamos intensamente a acondicionar al Ithaca para el siguiente tramo. Subimos al palo para reponer la driza del Yanqui que se había cortado y reemplazar la antena del VHF que perdimos luego de tantos días de fuerte viento. Juan Antonio, del velero «Vagabundo», reconocido navegante español, nos dio una mano con estas tareas. Mil gracias Antonio!!! También aprovechamos para revisar nuevamente toda la jarcia y nos encontramos con que se habían cortado tres filamentos del terminal, del tope del palo, del stay de proa. Como en la isla no había cable de 7 mm para reemplazar el stay, tuvimos que cortar el terminal, colocar un terminal Norseman, que nosotras hasta ese momento desconocíamos su existencia, y agregar un togle para que el stay tenga el largo preciso.
Los terminales Norseman se colocan muy fácilmente, sin necesidad de herramientas complejas, sólo con un par de pinzas se puede realizar el trabajo. El cable fue cortado con una sierra pequeña. Se abre el cable en la punta como una flor, se inserta el alma del terminal, se cierran nuevamente los hilos del cable, se le agrega un sellador y se rosca todo el conjunto. Fácil, rápido y seguro. De ahora en más llevaremos algunos de estos terminales de repuesto con las medidas de nuestros cables.

En navegación se había roto una de las patas del motor, improvisamos una de emergencia que aguantó perfectamente hasta Azores. Para ello, no nos quedó mas remedio que mirar al Ithaca con ojos agudos tratando de ver qué podíamos utilizar para repararla. Empleamos una parte de uno de los soportes del tanque de combustible más pequeño, por lo que el tanque quedó literalmente suelto, pero como siempre estuvo lleno no se movía en absoluto. Colocamos gomas con tornillos en ese soporte y luego abulonamos el mismo al motor y a la pata original. Todo esto lo pudimos hacer porque llevábamos una agujereadora de 12 V., una pequeña prensa y las herramientas adecuadas para cortar.
Cuando llegamos a puerto consultamos con un mecánico y nos dijo que se habían roto las dos patas de proa, lo cual nos parecía que no era cierto porque conocemos, a esta altura, perfectamente el motor. Como el mecánico nos pasó un precio desorbitante por sacar las patas viejas y poner unas nuevas, le dijimos que nosotras sacaríamos las patas y que después le consultaríamos sobre alguna de repuesto. Quitamos ambas y cercioramos que sólo una estaba dañada, se habían desoldado unos puntos de la arandela grande que tienen debajo. Mandamos a soldar el perno a la arandela, colocamos nuevamente las patas y asunto arreglado, prácticamente cero costo!!!

Luego de consultar la Meteo con el Pato Duperrón, Altino y Rafael de la Rueda de los Navegantes (a quienes agradecemos profundamente haberse tomado el tiempo para acompañarnos en esta aventura), cargamos agua, víveres y partimos rumbo a Londres. Salimos a las cuatro de la tarde, pasamos entre las islas de Pico y San Jorge por la noche, el viento que hasta ese momento no superaba los 15 nudos trepó a 30 y las lluvias fueron intensas durante unas horas. Luego, como por arte de magia, el cielo se abrió y pasamos una noche magnífica apreciando el paisaje de ambas islas, a la luz de las estrellas y con los delfines que seguían nuestra derrota. Al día siguiente, cuando tuvimos por el través a la isla de Terceira pusimos proa hacia el Norte. La intención era ganar Norte lo más que pudiéramos y una vez que encontráramos los vientos del Oeste rumbear hacia el NE, hacia Plymouth (Inglaterra).

Todos los días nos comunicábamos por BLU con Miguel Urbieta, del Servicio Auxiliar de Radiocomunicaciones de la Armada Argentina. Él nos daba la información meteorológica que Pato le enviaba por mail y nos comunicaba con nuestros familiares y amigos (muchas gracias a Miguel y al SAR). También estábamos en contacto con los navegantes españoles que habíamos conocido en Horta, y por supuesto, con Rafael de la Rueda de los Navegantes, quien nos acompañó incondicional-mente! Graciasssssssssssss!!!

A los pocos días de haber partido de la isla, uno de ellos, Suso López, nos anunció que tenía problemas con el eje de su timón. Como el nuestro era el barco que mas cerca se encontraba de él, decidimos cambiar el rumbo y acompañarlo hasta España. Mantuvimos siempre una distancia de entre 60 y 80 millas puesto que su situación no era crítica. Este navegante se encontraba a punto de concluir su Vuelta al Mundo, estaba retornando a su hogar, Galicia, después de haber pasado por innumerables países y un sinfín de aventuras. Entre ellas, el hundimiento de su barco en el sur argentino tras haberlo encallado, por lo cual el barco quedó sentido en el quillote y el timón.

Al cambiar de rumbo y con vientos bastante favorables y agradables tuvimos una navegación muy cómoda y linda. Ya no corríamos tanto riesgo de encontrar temporales, pero igualmente debíamos estar atentas. El tramo de Faial a Galicia lo hicimos mas relajadas, el cruce del Océano Atlántico nos había brindado una experiencia invaluable. Habíamos tomado la costumbre de hacer un llamado general, cada 20 minutos, a los buques que navegaban por la zona anunciándoles nuestra posición. Siempre nos contestaban muy amablemente, nos pasaban el pronóstico e incluso se retransmitían entre ellos nuestra posición. Navegábamos con el radar apagado en las zonas alejadas de las rutas comerciales. Tuvimos que abandonar esa costumbre una tarde cuando distinguimos justo en nuestro rumbo una boya meteorológica. Estas boyas son de acero, con un tamaño considerable y nos hubiéramos dado un buen golpe y susto de no haberla visto con antelación.

Desde ese momento decidimos dejar el radar prendido constantemente, a pesar del gasto de energía. El tema fue que no habíamos escarmentado, ya que en el cruce del Atlántico faltó muy poco para que un velero sin luces y por la noche nos abordara. Lo avistamos de casualidad cuando estaba muy próximo a nosotras y tuvimos que maniobrar para evitar la colisión. Lo llamamos por radio, le hicimos señas de luces con un reflector y por supuesto prendimos el radar para plotearlo. Pero nadie en aquel barco dio señales de vida, sin embargo, calculamos que navegaba a unos seis nudos con velas portando. Fue otro gran susto, en aquel momento pensamos que dos veces no nos podría suceder algo similar…, pero las fatalidades ocurren…, mejor prender el radar!!!

Al aproximarnos a España notamos que el mar estaba repleto de percebes. Estos son mariscos que compiten en sabor con las ostras y las langostas, y por supuesto también compiten por el precio! Es un crustáceo que se desarrolla adherido a las rocas batidas por el mar y constituye un verdadero manjar, aunque su aspecto no indique lo mismo. Los que nosotras encontramos estaban adheridos, según pudimos averiguar, a huevos de tortuga. Durante tres días atravesamos la zona colmada de ellos por todos lados.
Son muy fáciles de cocinar, se los coloca en una hoya hirviendo y se sacan cuando vuelve a soltar el hervor. Se sirven en un recipiente profundo y se deben comer calientes. Hay que tener mucho cuidado al comerlos, ya que su tinta roja salta imprevistamente terminando, casi siempre, en nuestra ropa cuando en realidad tiene que ir a parar a la boca. En España, recalamos en Sanxenxo, Galicia, ciudad de donde es oriundo Suso, allí pasamos unos días estupendos al calor del verano europeo y en una región más que interesante que nos dedicamos a conocer…, pero esa es otra historia…
Esa otra historia es el viaje que realizaron con el Ithaca, Patricia y Marcelo Gonzáles desde Sanxenxo hasta Ramsgate, el Reino Unido, donde se encuentra el Ithaca en este momento.

Al llegar a Ramsgate recibimos de Marcelo González unas líneas sobre su viaje con el Ithaca:
“….Una vez más he tenido la fortuna de que un amigo/a me invite a acompañarlo en su periplo: En el 2004, con el Místico a Malvinas.
En el 2005, la vuelta de España con Tibaudth Choquer.
Y ahora, recién he llegado de Inglaterra acompañando a Patricia Brizuela con el ITHACA.
Puedo dar fé al haber compartido esta etapa y en charlas que hemos tenido en la travesía que Pato ha luchado contra «viento y marea», ha vencido miles de contratiempos (muchísimos más de los que Uds se puedan imaginar) y a logrado su objetivo:
Llegar con su barco a Inglaterra. Una persona EXCELENTE, muy humilde. Ha
recorrido más de 6000 millas desde que salió de Argentina, metódica en cada uno de sus quehaceres, no dejando NADA librado al azar, lo que la dota de ser
una excelente Capitán.
Ella no solo ha construido su barco, sino poco a poco se fue «construyendo» a sí misma en lo personal,  en todo lo académico necesario para poder afrontar un
periplo semejante.

Allá hace tiempo en Argentina había conocido una mujer que tenía un proyecto de construir su barco y llegar a Inglaterra (en principio). Ayer me despedí de una Navegante excelente y un ser humano espectacular…..”

A los pocos días nos llego el mensaje de Patricia con sus reflexiones sobre toda la experiencia vivida…….
“….Ayer estaba conversando con Marcelo y me dijo: -Pato, el proyecto de ustedes yo lo veo como una playa. Ustedes son la playa y cada uno de nosotros vamos poniendo un granito de arena y nos sentimos participes.
No podía haber definido mejor lo que sentimos con respecto al Viaje del Ithaca.

Queremos agradecer a todas las personas que nos han ayudado de una u otra manera a lo largo de los años. A los que están…, y a los que se fueron a navegar por otros horizontes… A todos aquellos que mencionamos en la página, a muchísimos que aun no los incorporamos en ella. A los tripulantes que han acompañado esta aventura.
A Miguel por haber estado ahí con la radio CADA DIA de este año y medio que el Ithaca navego, sin haber faltado a ninguno!

Fue una ayuda inestimable. Nos levanto el ánimo con sus palabras en el cruce del Atlántico. Estoy segura que aprendimos de el y el apredio de esta experiencia sobre meteorología. A medida que pasaban los meses su relación con la náutica y la meteo se notaba que iba creciendo.

Al Pato Duperron, que apenas le preguntamos si nos podría dar una mano, no lo dudo y se mantuvo siempre firme. Llenándonos, además, de elogios que no creemos merecer, sobre todo cuando vienen de parte de tamaño navegante.
Sabemos que el también vivió como propio este proyecto y lo sentimos aquí en Gran Bretaña con nosotras.

A Rafael de La Rueda de Los Navegantes, poco a poco también fue compenetrándose con el Ithaca. Arengo a los navegantes de Horta a esperarnos, a pesar de que muchos debían partir para sus destinos y tuvimos un recibimiento que dudosamente podríamos haber imaginado!
A pesar de haber terminado con La Rueda, también se mantuvo en la radio hasta que tocamos tierras inglesas, y eso no tiene precio.
A Luis, de Navemundo, y todos sus integrantes. Han sido una ayuda inmensa. Miguel nos leía los mensajes y nos daban ánimo en circunstancias difíciles.

A todos los navegantes y no navegantes que hemos conocido a lo largo del viaje, porque cada uno de ellos nos han ayudado de diferentes maneras. A la empresa SIDOR de Venezuela. Esta fábrica de acero nos ha donado
absolutamente toda la pintura del Ithaca sin pedir nada a cambio. A los funcionarios de las Embajadas y Consulados argentinos en distintos países.

Al sector TECNICO de la Prefectura Naval Argentina, porque con su postura negativa ante nuestro proyecto dificultó sobremanera nuestros planes, haciéndonos gastar mas dinero, tiempo y paciencia sin atender a la reglamentación vigente tan solo porque éramos mujeres que queríamos construir un barco y dar la vuelta al mundo en el, pero aun así, debemos
agradecerles porque esa actitud hizo que fortaleciéramos nuestro temple y que pongamos mas garra en conseguir cada meta.

A la Escuela de Pilotos de la Prefectura Naval Argentina, con el Prefecto Mayor Camps en su dirección, porque nos ha apoyado y comprendiendo cual era la filosofía del proyecto. Así como también al Departamento de Deportes Náuticos de la Prefectura Naval Argentina.

Al CLUB NAUTICO VICTORIA que fue nuestra casa y a quien aprendimos a querer, por darnos amarra de CORTESIA durante casi un año hasta nuestra zarpada desde sus muelles y habernos apoyado sin apuros, brindándonos
espacios para trabajar en el Ithaca. También al Club Amigos del YPF y al Yacht Club San Isidro que nos cobijaron en distintas oportunidades, soportando las desprolijidades de una construcción.

A Hidrografía Naval Argentina, que nos ha dado decenas de cartas que hemos utilizado o cambiado a otros navegantes.

A Ernesto y Loly, del New Life, que nos han dado mucha información de interés y alentado en momentos difíciles.
A la empresa Bhon que nos dono repuestos para el enrrollador. A todos los medios de comunicación de la Argentina y otros países por difundir las experiencias del Ithaca. A Foxtrot, quien nos dono la lona de la bimini, indispensable para navegar
por el Caribe o Brasil.

A nuestra familia que nos aguanto durante todo este tiempo… A todos aquellos que entraron en la pagina y nos dejaron mensajes. Cuando llegamos a Horta teníamos 2400 mensajes aproximadamente. Ufff…, seguiremos en otra lista porque vienen a nuestra memoria cientos de personas y seguramente nos estamos olvidando de otras injustamente.
Mas tarde, con tiempo y de a poco, iremos sopesando los pro y los contra del viaje, del barco y un sinnumero de detalles que queremos compartir.

Desde nuestra página siempre quisimos dar el mismo mensaje que dio Expedición Atlantis: Que el hombre sepa que el hombre puede! Y vaya que puede!!!! Solo hace falta decisión, perseverancia y muuuchaaaa fuerza de voluntad…
Ojala lo aprendido pueda servirle a otros para que esta vez seamos nosotras quienes pongamos un granito de arena en otros proyectos…”

Miryam y Patricia

Cabo de hornos y ventisqueros

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