Relatos de navegantes

Marisa Bianco – velero Huayra – Iva Hoa – Ua Pou – Las Marquesas Etapa 5

Marisa Bianco – Asociada 41

Algunas reflexiones de la navegación realizada de Galápagos a las Marquesas.

El 12 de junio a las 9 de la mañana el Huayra, llevando como tripulantes a Cristina y a Jorge y a mi personita como capitán, zarpó de San Cristóbal rumbo a Atuona, primer puerto que tocaríamos al llegar a las Marquesas.
La sensación de vértigo que sentimos al asomarnos a las 3080 millas del Océano Pacifico por recorrer se iría  transformando con los días, en una sensación de paz y despreocupación, a medida que esta singladura, mil veces soñada por mi, se fue haciendo realidad.

marisa en la proa del huyra

Marisa Bianco del velero Huayra

Desde el primer día quedaron establecidas ciertas normas:

1) debía haber siempre alguien en el cockpit, con por lo menos un ojo en el horizonte, haríamos guardias solo por la noche, dos horas cada uno. Si bien durante todo el viaje solo cruzamos dos barcos, uno muy cerca de Galápagos y el otro casi llegando a Atuona, el detector de radar, fue una gran ayuda ya que nos permitió relajarnos y sentirnos seguros aun cuando navegamos con poca visibilidad.
2) Durante las guardias siempre usaríamos el arnés, y en caso que fuera necesario hacer maniobras,  me llamarían.

satelital

Jorge comunicándose con el teléfono satelital

3) Antes de entregar la guardia al día siguiente había que completar la bitácora y marcar la posición en la carta. La carta en nuestro caso, como me había negado a pagar 40 dólares por un papel casi totalmente en blanco pero con el titulo  PACIFIC OCEAN y las siglas de  LA ADMIRALITY, fue reemplazada por una hoja  cuadriculada en la cual había trazado paralelos y meridianos por los que navegaríamos, dado que transitamos muy cerca del ecuador, esta carta improvisada cumplió espléndidamente su función y a muy bajo costo.

4) El que cocina no lava los platos.
5) Hay que bañarse con agua de mar y luego enjuagarse con agua dulce, siempre haciendo la mayor economía, del mismo modo se lavarían los platos y la ropa que no pudiera esperar.Durante el día, salvo la navegación y las comunicaciones, que estaban a mi cargo, las demás tareas fueron espontáneamente asumidas y así nuestra convivencia se pinto con los colores que cada uno aporto.

En poco tiempo formábamos un estupendo equipo y se fue construyendo una gran amistad entre los tres.
Gracias a Cristina y su famoso cuadernito rojo, en el que había anotado la ubicación de las cosas, siempre que se buscaba algo aparecía en el acto, a no ser que, como solía pasar la mas de las veces ,que ese algo estuviera debajo de un montón de otras cosas, que a su vez estaban debajo de  la cucheta , que a su vez estaba invadida por mil pertrechos que no habían encontrado otro lugar para estibarse; de todos modos el tener un mapa de la situación facilitaba muchísimo las cosas.

cristina

Cristina, la escriba de la tripulación

El lugar preferido de Cristina era la hamaca que había colgado en la popa, sin embargo no dudaba en abandonarla, para hacernos masajes en la espalda aliviando  la tensión de una noche difícil.

hamaca

Cristina y su hamaca

También debemos a Cristina las mejores imágenes de nuestra travesía, prácticamente nada escapaba a la voracidad de su cámara fotográfica.

noche
atardecer

Jorge, si bien hacia poco que se había subido al Huayra, se integro muy rápidamente, aportando su desbordante entusiasmo y alegría. Invalorable al momento de las maniobras, para las que siempre estaba dispuesto, llueva truene o salga el sol;  por las mañanas, nos servía, junto con el desayuno,  el informe milimétrico de la cantidad de millas recorridas y las que aún teníamos por delante, a media mañana largaba la currica y al poco tiempo vivíamos la emoción de la pesca de  un dorado o un atún que una vez muerto y limpito ponía en mis manos con la esperanza, (que espero no haber defraudado), que volviera aparecer en la mesa transformado en un manjar.

atun

Era religión su infaltable cerveza a la caída del sol, una por día, escrupulosamente contadas antes de partir, cuando llegamos aún le quedaban dos y  su teléfono satelital, prendido de 2 a 4 de la tarde.

bear

Jorge y su latita diaria……

Como a la semana, un buen día tomo coraje y enfrento la innoble e inevitable tarea de lavar la vajilla y viendo que no era tan duro uno o dos días después se animo a preparar los fideos, que por cierto salieron exquisitos. Tanto Cristina como Jorge soportaron estoicamente la tensión que, a pesar de las millas recorridas, aun experimento el día antes de la partida y las horas previas a entrar a puerto, una vez lejos de tierra, me siento feliz, serena y en paz conmigo misma .
En líneas generales a bordo reino la armonía, si hubo alguna discusión, al detenernos a pensar nos dimos cuenta que fueron causadas por pavadas y no dejo consecuencias ni impidió que la puesta del sol, momento mágico, nos encontrara en el cockpit uniendo nuestras desafinadas voces a las de José Luis Rodríguez, Serrat etc.

vela

En cuanto a la navegación, fueron 22 días de navegación, corriente a favor, viento en popa y ánimos distendidos, no tuvimos grandes tormentas, a veces si, olas  grandes y de popa que hacían la navegación bastante inconfortable, tuvimos tres días de calma en los que avanzamos a puro viento de sentina y que hicieron bajar al mismo tiempo tanto nuestro promedio que venía siendo 160/140 millas por día, como nuestra reserva de combustible, que luego de la mala experiencia anterior se había acrecentado, salimos con 450 litros de diesel, por supuesto sobro un montón, pero, como dice el dicho “mejor que sosobre…”

bidones

Los delfines nos hicieron compañía muy seguido los veíamos llegar desde muy lejos, a veces en manadas enormes, se quedaban  jugando en la espuma de la proa y haciendo las más increíbles piruetas, siempre su llegada era una fiesta.

delfines

Sorprendentemente vimos aves durante toda la travesía, aun cuando a 1500 millas a nuestro alrededor solo había agua, lo que hizo caer el mito que cuando se ven aves se está cerca de la tierra.
Todos los días, a la hora convenida prendía la radio a la espera de la inconfundible voz de Miguel, el querido amigo de la Asociación llamándonos: «…Huayra, Huayra…», nunca fallo, siempre estaba allí, sábados domingos y feriados inclusive, aportándonos, la tranquilidad del pronostico y la calidez de las noticias familiares, comentarios del país lejano, resultados de los partidos de football y transmitiendo a su vez nuestras novedades a las respectivas familias.

sonrisa de jorge.....llegada!!

Los días pasaron muy rápido y la madrugada del 5 de julio, tomamos conciencia de que estábamos llegando, cada uno manejo la emoción a su manera; Cristina se fue a dormir y pidió que la despertáramos al llegar, Jorge no podía disimular su alegría pero seguía contando millas, por mi parte,  sentía juntos, la euforia de la llegada y un extraño nudo en la garganta, me tome un ratito, me fui a  la proa  a agradecerle al Huayra el habernos dado tan buena navegación y asegurarme junto con él que si bien esta aventura se estaba por terminar, nadie nos quitaría ya lo vivido y pronto se abriría delante nuestro una nueva ruta y una nueva aventura.
Mientras tanto, había que hacer tiempo, bajamos las velas y a motor nos fuimos acercando lentamente mientras esperábamos la salida del sol.

sol

Los primeros rayos iluminaron  las majestuosas montañas de la Isla de Hiva Oa y su exuberante vegetación, al acercarnos, los mástiles de otros veleros nos dieron la mejor indicación de la ubicación del puerto.
Parece increíble, pero es real, el fondeo cae en la bahía de Atuona, brindamos por el Huayra por nuestra amistad y por los sueños de cada uno.

HIVA-OA

Nuestra llegada a Atuona fue una explosión de alegría, en la bahía había fondeados otros 15 veleros, todos venían de cruzar el Pacifico, algunos ya los habíamos encontrado en otros puertos y se apresuraron en darnos la bienvenida, nos ayudaron a fondear por proa y popa y nos dieron esas informaciones que facilitan las cosas cuando se llega por primera vez a un país desconocido. Luego de ordenar mínimamente el barco, poner el cubre vela e inflar el dingui, armados de shampoo, jabón y ropa limpia nos precipitamos a tierra en busca de la tan ansiada ducha.
Mientras el  agua DULCE Y FRESCA no deja de correr sobre mi cabeza, no puedo parar de reírme, ……………ESTOY FELIZ!!!!

plano

Totalmente renovados, emprendimos el camino que lleva a Atuona, distante a  4km del puerto, cuando estábamos a medio camino, una cuatro por cuatro se detuvo y nos invito a subir, en 10 minutos nos depositaba frente al correo, allí nos precipitamos hacia las computadoras para enviar vía e mail la noticia de nuestra llegada a las respectivas familias.

fondeo

Como era sábado, al mediodía y ya todo estaba cerrando, pasamos por el mercado, compramos pan, fruta y verdura y regresamos con nuestro botín al barco, cenamos a las 6 de la tarde y casi enseguida estábamos los tres durmiendo.

isla

El domingo nos deleitamos paseando por Atuona, nos impacta la majestuosidad de las montañas que forman como una herradura  limitando a la bahía y caen a pique sobre el mar y la exuberante vegetación, prácticamente toda la isla está recubierta de flores y frutas, Santa Ritas que aquí se llaman Bouganville, con sus flores rojas, fucsia y blancas,  hibiscos con flores amarillas o rojas, la Flor de Tiara, con sus 5 pétalos blancos y su exótico perfume  y una infinidad de flores más cuyos nombres desconozco. En cuanto a las frutas, las más comunes son naranjos, pomelos, bananas, mangos, papayas, limones y por supuesto  en la cima de las palmeras,….. los cocos.

Los tramites de ingreso al país, los hicimos el lunes en la gendarmería, tuvimos que ir y venir varias veces pues Jorge debía presentar su pasaje de regreso, Cristina debía pagar un depósito, que le sería devuelto al dejar La Polinesia, en mi caso dado que presente mi pasaporte italiano, me vi eximida  de pagar este  “óbolo”. Reunido el papelerío nos dieron el famoso permiso de estadía que es válido para todas las islas de la Polinesia Francesa.
Los días siguientes visitamos el museo de Gauguin, nos sentimos un poco identificados con este gran pintor que tan fielmente supo plasmar en sus pinturas el alma de estas islas y sus gentes, que eligió estas tierras para vivir y hasta para morir en ellas,

museo

Museo Gauguin

En el museo, hay una reproducción de lo que fue su casa, es una construcción típica de Las Marquesas con sus paredes de hojas de palmera trenzadas y una muy personal inscripción en el frente que dice “ maison du juir” o sea en castizo: “ casa del placer”, dado que sus obras se encuentran en los grandes museos del mundo, aquí solo están las  reproducciones. Ese mismo día, trepamos a la colina donde actualmente reposan sus restos, con una hermosa vista al mar. Si bien, al morir Gauguin, la iglesia se negó a que fuera enterrado en el espacio sagrado del cementerio, por considerarlo un gran pecador, muchos años después, la fama, que aparentemente redime de los pecados, le franqueo la puerta.

copia

Al día siguiente la despedida de Jorge que  a las 9 de la mañana, tomaba su vuelo Tahití,-Santiago-Buenos Aires, fue un momento duro, pero se iba contento y con ganas de subirse de nuevo al Huayra.

jorge y cristina

Nuestra estadía en Atuona coincidió con los festejos del 14 de Julio, que si bien es una fiesta importada por los franceses, los marquesinos celebran con danzas nativas al son  de los tambores.

alan y silvan

Participando en estas fiestas tuvimos ocasión de relacionarnos y hacer amistad con la gente del lugar que se caracterizan por su apertura y su curiosidad por nuestras aventuras de navegantes, así conocimos a Alan y su hijo Silvan que unos días después, nos guiaron en una caminata de 4 horas medio de la foresta hasta llegar a un sitio arqueológico, donde medio tapados por la vegetación se conservan, testimonios de la antigua civilización Polinesia, unos jeroglíficos tallados en las rocas y se encuentran varios Tikis (tótems) de gran tamaño.

tambores
niñas
fiesta
fiesta

Durante toda la caminata Alan nos fue dando junto con los nombres, las propiedades, ya sea medicinales, alimenticias o practicas de la infinita variedad de plantas que encontrábamos a nuestro paso, la vegetación era tan tupida que apenas si dejaba pasar los rayos del sol, además, había que tener cuidado de no recibir algún coco en la cabeza, ya que sin previo aviso cuando están maduros se desprenden de lo alto de las palmeras.

bahia
caminata
foresta

Los días que siguieron me sentí tan bien………, había encontrado un lugar diferente, un modo de vida que me atraía y despertaba mi curiosidad, que empecé a jugar con la idea de quedarme aquí un tiempo que me permitiera conocer todo esto con mayor profundidad. Al averiguar en gendarmería que posibilidades tenia de conseguir un permiso de estadía mas largo, ya que al llegar me habían otorgado un permiso de solo 3 meses, me informaron que como miembro de la comunidad europea, podía pedir un permiso de larga estadía, que es por un año, pero que el tramite solo podía realizarse en la isla de Nuku-Hiva, donde está la sede administrativa de Las Marquesas.

Al estudiar las cartas vi que Nuku-Hiva estaba a 100 millas, rumbo NO, pero que a mitad de camino había otra Isla: Ua-Pou y decidí que haríamos una parada allí antes de llegar a Nuku-Hiva.

El 25-de julio, una vez llenados los tanques de agua y gasoil y reabastecida la despensa, comenzamos a levantar los fondeos,  el de popa, que había que levantar a puro pulmón  nos dio bastante trabajo, el de proa no trajo problemas y a las 4 de la tarde, cuando la marea estaba terminando de bajar, zarpamos para Ua-Pou , logramos pasar el canal de Bordelais, que separa las islas de Tahuata e Hiva-Oa, sin demasiada corriente, al atardecer, el Huayra navegaba en aguas abiertas y disfrutábamos una esplendida puesta del sol en el mar, navegamos toda la noche, con poco viento, mayor y genoa, sin apuro ya que queríamos entrar al amanecer.

UA-POU

llegada
sol
aa

Al salir los primeros rayos del sol, los Picos de Ua Pou, rodeados de nubes, derraman su belleza y su misterio en un cielo dorado por el amanecer. La baliza roja que señala la punta de la escollera y  aun esta prendida nos guía hacia la entrada.
El puerto de Hakahao es pequeño, una escollera protege del oleaje, fondeamos a las 06.30 en 11 metros de profundidad  cerca de otros 3 veleros y nos fuimos a dormir ya que esa noche fue poco lo que habíamos podido descansar.

ua-pou

Las nubes de Ua-Pou

Ua-Pou, es una isla que parece salida de un cuento de hadas, con sus altos picos en forma de cucuruchos, casi siempre rodeados de nubes, el pueblo de hakahau esta a la orilla del mar, las casas  no están limitadas por cercos y los jardines de unos se mezclan con los de los vecinos, tiene  dos Iglesias; católica y protestante, correo, banco, súper mercados, un pequeño hospital y un gran liceo con internado donde estudian chicos provenientes de todas las Marquesas. Al igual que en las otras islas la vegetación es muy variada donde gallos, cabras y puercos viven en libertad.

bahia
costa
en la amarra

El Huayra fondeado…...

Pasamos en Ua-Pou una semana espectacular,  con gran placer aprovechamos de la ducha de agua dulce que está instalada en la playa al aire libre, nos bañamos en el mar, hicimos muchos amigos, compartimos sus tardes y sus fiestas, dimos grandes caminatas y nos quedamos horas disfrutando los increíbles paisajes que se observan ascendiendo un poco por las laderas de sus montañas.

fondeo

Pequeña reseña sobre las Islas Marquesas

Las Marquesas son un grupo de islas montañosas de origen volcánico situadas entre las latitudes 07º 55 sur y 10º 33 sur y las longitudes 138º 35 oeste 140º 43 oeste.
Situadas al límite de las aguas ecuatoriales, el tiempo es generalmente bueno con una estación de lluvias poco marcada. Los vientos soplan predominantemente del sector este y están fuera de la zona de ciclones.

HISTORIA

La antigua población de las Marquesas proviene de las migraciones que aproximadamente 500 años antes de Cristo llegaron desde el oeste atravesando vastas extensiones oceánicas a bordo de grandes piraguas dobles trayendo con ellos víveres y animales.
El primer europeo que descubrió estas islas fue el español Álvaro Medana de Neira en 1595. Más tarde le seguirían: William Cook, Bouganville, y otros grandes navegantes europeos, ninguno de ellos estableció en las Marquesas poblaciones permanentes. Actualmente pertenecen a Francia como territorio de ultramar.

isla

GEOGRAFÍA

El archipiélago de Las Marquesas está formado por 9 islas divididas en dos grupos: Norte y Sur. El grupo del norte comprende las islas de NUKU HIVA (la más grande y la más poblada); UA-UKA y UA-POU, como así también, las islas deshabitadas de EIAO, HATUTU Y MOTU-ONE.
El grupo del sur comprende las islas de HIVA-OA, TAHUATA, FATU-HIVA, como así también la isla deshabitada de MOTANE.

EL CLIMA

El clima de las Marquesas es ecuatorial y constante, cálido y húmedo durante todo el año. Los vientos del Este predominan la mayor parte del tiempo, raramente soplan con violencia siendo lo normal entre 12 y 15 nudos.
El relieve de las islas tiene gran incidencia sobre los vientos que se aceleran en la proximidad de las costas montañosas soplando fuertes ráfagas de corta duración.
Según la estación, grandes olas vienen del sur (de julio a Septiembre) y del norte (de noviembre a enero), lo que ocasiona que las bahías expuestas al sur o al norte se conviertan en fondeos muy incómodos, cuando no impracticables.

atardecer

NAVEGACION ENTRE LAS ISLAS

La navegación no presenta grandes problemas, las costas son accesibles y los fondos de buena tenida, las corrientes corren en general hacia el Oeste/Nord Oeste, son débiles, en promedio un nudo aunque se aceleran en los pasajes angostos.
Las islas son altas y sus grandes picos son excelentes puntos de referencia para los navegantes, ofrecen numerosas bahías que son buenos abrigos para los vientos dominantes, si bien suelen estar abiertas a la ola y el desembarque en chinchorro puede convertirse a veces en un desafío deportivo, La navegación a vela, a lo largo de las costas a sotavento, puede ser problemática pues frecuentemente están totalmente desventadas.

isla

INFORMACIONES VARIAS

La población de las Marquesas no supera los 10.000 habitantes en total. La moneda de las islas es el franco polinesio, 1fp= 119 Euros, en general el costo de vida es caro ya que todas las provisiones son importadas y tienen fuerte costo de transporte. Se hablan dos idiomas:  marquesino y Francés, (ambos se enseñan en los colegios)

Las principales islas tienen aeropuertos y vuelos regulares a Papeete, capital de La Polinesia Francesa. Dos navíos recorren y unen entre sí a todas las islas, cada 15 días, abasteciendo las necesidades de sus habitantes. Para los Argentinos que no tienen visa, el permiso de estadía es solo de un mes.

Hasta la próxima escala….

marisa bianco

Marisa Bianco

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