Marisa Bianco-velero Huayra -Marquesas- Tuamotu -Tahiti – Etapa 4
por Marisa Bianco – Asociada 41
En este momento estoy en compañía de Daniel Hernández, consocio de nuestra Asociación, recientemente llegado de puerto Madryn, Argentina, donde vive y navega. Por la mañana del 3 de Mayo levantamos fondeo y rumbeamos hacia el sur, a medida que la bahía de Taio-hae custodiada por sus dos islas: centinela del este y centinela del oeste se iba perdiendo en el horizonte,los picos de Ua- Pou aparecían entre las nubes cual castillo de un cuento de hadas.
El Huayra parte hacia Ua Pou
El objetivo de esta corta singladura de 26 millas era que Daniel se familiarizara un poco con el Huayra y con mi forma de navegar, además en Ua-Pou tengo amigos en la gendarmería que seguramente no pondrán reparos en otorgar una extensión de 3 meses a su visa porque a su llegada a Papeete solo le dieron 30 días.
Daniel Hernández, Asociado de ADAN
Nota Editor: Marisa tuvo la gentileza de reiterar la invitación entre los Socios de ADAN en la Bolsa de Tripulantes para acompañarla en estas piernas en el Pacífico y Daniel de Puerto Madryn fue el afortunado que está desde hace meses navegando en el Huayra.
Luego de haber pasado 3 días estupendos en la isla y conseguidos nuestros objetivos el 6 de mayo zarpamos rumbo al archipiélago de las Tuamotu, sentía una cierta tristeza de dejar las Marquesas que siempre recordaré como uno de los lugares mas bellos por la hospitalidad, honestidad y sana alegría de su gente, su forma de vivir, aún ajena al consumismo que impera en casi todo el mundo y la vivencia de sus tán ricas tradiciones ,como broche de oro de mi partida, la gendarmería acompaño con su lancha al Huayra hasta la salida del puerto haciendo sonar sus bocinas, ….gracias Félix y Stefan, los gendarmes mas simpáticos del mundo!!
Salimos con una buena brisa del este a toda vela, pero a las 3 de la tarde el viento se cayó y hubo que enrollar la genoa que no dejaba de gualdrapear y prender el motor para que apoyara un poco a la mayor. Los dos días siguientes fueron similares cada tanto una brisita nos animaba a desplegar las velas pero duraba poco y nuevamente había que apelar al viento de sentina, tuvimos nuestra compensación al llegar a la hora de la puesta del sol, eran dias de luna llena y esto nos permitió vivir unos atardeceres espectaculares con el sol poniéndose por el Oeste incendiando mar y cielo, simultáneamente, la luna llena,saliendo por el este pintando la otra mitad del mar y del cielo de colores pasteles: rosa, celeste, amarillo.
A fin de aprovechar el poco viento que había cambiamos nuestro destino que originariamente era la isla de Fakarava por Makemo, que se encuentra más al sur. Las islas Tuamotu, son todos atolones rodeadas por arrecifes que encierran una laguna ,para entrar en la laguna hay unos pasos, generalmente marcados con una enfilación, en los pasos hay fuertes corrientes y solo pueden abordarse con marea en estoa o cuando empieza a subir, por este motivoestando a unas 20 millas del paso Arikitamiro que da acceso a la laguna de Makemo nos pusimos a la capa hasta las 7 de la mañana.
Al día siguiente a eso de las 11 encaramos el paso; la corriente era bastante fuerte pero logramos entrar y dirigirnos al lugar de fondeo esquivando las papas de coral, allí tiramos el ancla pero quedamos demasiado cerca de los arrecifes y decidimos levantar y volver a fondear un poco mas lejos y allí las cosas se empezaron a complicar… al levantar el fondeo la cadena se salio del malacate y corrió descontrolada sin que pudiera detenerla, cuando al fin logre ponerla nuevamente en el malacate e intente subirla, nada, no subía,…… se había enredado en los corales!
Entre tanta maniobra para intentar liberar el fondeo escuche que el motor hacia un ruido diferente, me precipité a apagarlo y en ese momento vi, con horror que se había desprendido la caja de cambios y el eje se había corrido para atrás, aplastando todo el sello que impide la entrada de agua. Por suerte no entraba agua.
Más tarde, descubrimos la causa del desastre, el llamador de la burda de babor se fue al agua por un imbornal y se enroscó en el eje.
Dado que ni yo ni Daniel somos hábiles buceadores. lo mejor fue inflar el gomón y bajar a tierra en busca de ayuda, cosa que hicimos, pero lamentablemente las personas que podían socorrernos no podían dejar sus ocupaciones y tuvimos que aceptar que el operativo se haría al día siguiente, esto significó una noche de vigilancia por temor a que la cadena se liberara o se rompiera, cosa que por suerte no paso.
Al día siguiente 3 buzos y dos lanchas luego de liberar nuestra cadena y recuperar el fondeo nos remolcaron hasta el espectacular muelle recién construido, luego nos enteramos que éramos el primer barco que atracaba en el. Esa tarde combinamos con el mecánico que al día siguiente vendría a atender nuestro motor herido, recorrimos Pouheva, así se llama el pueblo que esta cerca del paso, nos bañamos una vez mas con agua de mar ya que en Makemo el agua dulce es muy escasa y luego de una rica cena que elaboro Daniel, nos dormimos bastante mas tranquilos.
El Huayra en el nuevo muelle
Temprano por la mañana llego Abel, el mecánico, con una gran sonrisa me dijo “vamos a ver lo que podemos hacer” y antes de que me diera cuenta todo estaba de nuevo en su lugar, como allí no se conseguían bulones nuevos saco 4 del mismo paso pero un poco mas largos de otro lugar del motor, donde puso los que se habían zafado y los utilizó para poner en la caja que quedo así bastante segura, por lo menos hasta que podamos reemplazarlos en otro puerto mas provisto.
Como ejemplo de la forma de ser de la gente de la Polinesia les cuento que ni los buzos ni el mecánico quisieron cobrar un solo Franco, dijeron que se sentían recompensados por el hecho de haber podido solucionar el problema.
Nos hicieron sentir tan bien en Makemo que nos quedamos allí una semana, el muelle nuevo y el Huayra con sus tripulantes era la novedad del pueblo que durante el día venía en masa al muelle, recién estrenado por el Huayra y abierto a la circulación para la gente, venían a pescar, a bañarse en sus aguas claras y templadas, a jugar y a charlar.
Tal era la curiosidad de los niños de conocer el Huayra que organizamos visitas por turnos de unos 10 chicos por vez, tenerlos a bordo fue la nota alegre y divertida de nuestra estadía lo que más les llamaba la atención eran los baños, después nos enteramos que muchos en su casa no tienen y usan el pozo fuera.
Vista hacia tierra
Dado que no confiaba demasiado en la reparación del motor decidí abandonar el archipiélago de las Tuamotu, no me gustaba nada la idea de navegar a vela por sus pasos y nos dirigimos directamente a Tahití, donde seguramente habría recursos para una reparación definitiva; huyendo de la civilización, en lugar de ir a Papeete puse rumbo a Port Phaetón que esta a 60km de Papeete y según las guías, tiene buenas instalaciones lo que incluye una representación de Volvo Penta y es mucho mas tranquilo.
Atardecer en Makemo
La singladura era de 408 millas y si bien el pronóstico anunciaba poco viento había que ponerse en marcha, 4 o 5 días de navegación y estaríamos en Tahití. El 20 de Mayo a las 8 de la mañana soltamos las amarras, nuestro amigo Ludovic, que había buceado el fondeo, nos acompañó con su lancha hasta afuera del paso, por si el motor fallaba. Ese día, como no queríamos usar el motor y el viento lo teníamos de frente, nos la pasamos tirando bordes y avanzamos bastante poco, pescamos un pez largo y finito llamado Wahoo, que a pesar de su aspecto resulto muy rico, a la hora convenida nos comunicamos con Miguel, el radiooperador de nuestra Asociación que nos anunció que el viento seguiría del S pero muy flojo, le pedimos a Miguel que transmitiera nuestra posición a nuestras familias y al foro.
Los 2 días siguientes fueron similares, buena pesca, muy poco viento y de jeta! Cada tanto una nube negra nos tiró un ventarrón que nos obligaba a tomar rizos a toda velocidad y luego volvía la calma.
El tercer día los chubascos fueron mas frecuentes, Daniel no se sentía muy bien, estaba cansado y con chuchos de frió, tomó paracetamol todo el día, yo sugerí un antibiótico pero ante su negativa no insistí ya que no tenia un diagnóstico que lo justificara, …….solo intuición.
Por la noche nos pusimos a la capa para tomarnos un descanso y dormir los dos. Al día siguiente me desperté a las 6 de la mañana, Daniel todavía dormía, me puse a coser un garrucho de la mayor que se había soltado, cuando terminé Daniel me dijo que se sentía mejor, desayunamos y de repente me dijo que se sentía mareado, subió al cockpit, se sentó y sin más…..se desmayo, estuvo inconsciente unos 2 minutos, que a mi me parecieron años, me lleve el susto de mi vida, al no encontrar una causa no comprendía lo que estaba pasando, lo llamaba Daniel!, Daniel! y con horror comprendí que no me escuchaba, pensé : “hay que acostarlo” pero en la posición que estaba era imposible! Finalmente volvió su mirada! me pregunto:
– “me desmayé?” Le conteste que si, que se quedara tranquilo hasta sentirse mejor, en eso le veo la pierna toda hinchada,
-“tenés una infección en la pierna!”
–“ si creo que se me infectó”.
Me precipite en busca de la amoxicilina 500mg y le dije:
-“tomate dos”, al principio se negó pues le pareció demasiado pero luego aceptó y se tragó las píldoras, lo acomode en la cucheta de la dinette, con una almohada debajo de la pierna y subí a levantar las velas, quería llegar lo antes posible, no sabia si el desmayo podría volver a repetirse o como evolucionaría.
Al medio día hable con Miguel, le transmití la situación que estaba viviendo y el me pasó el pronóstico, que si bien era de viento SW o sea, de frente, por lo menos era flojo, con vela y motor podría hacerle frente.
Por la noche Daniel seguía mal, casi no podía caminar, resolví pedir un pan pan, hice varios llamados pero nadie me contestó, tampoco logré comunicarme con Miguel, ante los hechos lo mejor era hacer caminar el barco al ritmo necesario para llegar a Port Peatón de día ya que allí también hay que cruzar por un paso y que paso……..
La adrenalina me mantuvo despierta y al día siguiente entramos a Port Peatón, al entrar pedí ayuda a una lancha de la escuelita de optimist para ayudar a bajar a Daniel, no habia terminado de fondear que estaba llegando una medica, a los apurones juntamos plata y documentos y la medica nos llevo con su auto al Hospital donde Daniel fue atendido e internado por unos dias a fin de pasarle peniciliana por via endovenosa.
Puerto Phaeton
El Huayra fondeado en Puerto Phaeton
Daniel hace unos dias que salio del Hospital, tendrá que tomar antibioticos 10 dias más pero se esta recuperando bien. Pasado el susto resta sacar enseñanzas: al emprender navegaciones largas hay que estar 10 puntos de salud, se debe dar importancia a cualquier dolencia por minima que sea y comunicarla a los compañeros de tripulación. La otra conclusión es que es muy importante tratar de tener una baliza epirb o un teléfono satelital a bordo.
Saludos a todos, hasta la próxima
Marisa Bianco
VUELTA AL MUNDO – MARISA BIANCO – PARTE 4 – CLICK AQUÍ